sábado, 21 de junio de 2008

Yaravi, Cantico del Corazon

MELGAR, UN PROPULSOR AL YARAVÍ LATINOAMERICANO


Su interpretación se caracteriza por ser muy lenta y con frecuentes pausas para añadirle dramatisismo y sentimiento. Se expande por gran parte de la región andina, sobre todo desde su lugar de nacimiento, Arequipa.
Originalmente, este era un canto ritual elegíaco, de despedida o fúnebre y no sólo se basaba en lo amoroso. Se le acompañaba con la quena o flauta de hueso. El yaraví mestizo, cristalizado a comienzos del siglo XIX, se hace más romántico, ligado a las nostalgias del amor distante o perdido. Este expresaba melancolía, dolor y tristeza. Los poetas del Romanticismo peruano compusieron yaravíes por recuerdo de la lírica indígena.
Mariano Melgar fue uno de los mayores compositores de yaravíes de Latinoamérica. Aproximadamente son diez los yaravíes que se conservan de Melgar, porque la mejor parte de su obra se perdió ya que su hermana Josefa la quemó debido a que la consideraba poco eficiente, por sensual y escéptica. Melgar representa el nacionalismo en la poesía romántica, su amor por la tierra, sus raíces populares y sus ideales de la libertad. Todo esto hacen de él un claro representante de la lírica mestiza, ya sea fusionando el sentimiento grecolatino con el lamento quechua.
Toda la poesía amorosa de Melgar se desarrolla en torno al amor de una mujer, Silvia. Ella constituye el foco de su poesía.
Muchos compositores populares tomaron las letras de sus poesías, inmortalizando su figura no sólo como precursor de la poesía romántica latinoamericana, sino como icono fundacional del nuevo yaraví mestizo.
*Ejemplo de un yaraví dirigido a Silvia:
“Oídme, ya no puedo
Callarme el mal que sufro;
Ya Silvia en vía ardiendo,
Apagar quiere cuanto amor me tuvo
Volved por mi vosotros
Decid si jamás hubo
Amor que como el mío
Fuera sincero, perdurable y puro”

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